Desde el principio de la
historia, la civilización se ha socializado entorno a un modelo
masculino con ciertos valores, características, estereotipos,
matices, etc., característicos de un modelo masculino dominante. La
figura del hombre se ha implantado como la figura autoritaria que
posee el poder y la fuerza. Esta figura masculina se conoce como el
modelo masculino tradicional, y habitualmente siente la necesidad de
ser el mejor y el que hace la toma de decisiones. Por este motivo,
aunque no todos, suelen derivar a la violencia y en concreto a la
violencia de género, ya que se sienten superiores a la mujer y
sienten dominación sobre ellas.
Por otro lado, aparece la
figura masculina oprimida, es decir, a los ojos de la sociedad es
visto como el modelo masculino que no ejerce la violencia de género
pero que tampoco atrae a las mujeres. Es un hombre que esta educado
en la igualdad y en una sociedad dialógica en la que el diálogo es
fundamental para la toma de decisiones y de soluciones. También es
aquel que ayuda a la mujer en las tareas de casa, que cuida a los
niños, que es respetuoso, etc.
Cuando preguntamos sobre
todo a jóvenes, curiosamente nos encontramos con dos respuestas: la
primera, responde a un modelo masculino tradicional, aquel que es
guapo, que es agresivo, que atrae a las jóvenes, que es duro, etc.,
y la segunda respuesta corresponde al modelo masculino oprimido,
aquel que es definido cómo un hombre soso, pasivo, no atractivo,
bueno, etc. Pero, ¿Y si existiera un modelo masculino que se
caracterizara por las cosas más buenas de cada uno de estos dos
modelos?
!Sí, existe! Son
conocidos como los modelos alternativos masculinos, y cada vez están
más presentes en nuestra sociedad. Este modelo masculino se
caracteriza por estar educado en ambientes de igualdad entre hombres,
entre mujeres, y entre hombres y mujeres. Además toma la palabra
cómo el recurso más oportuno en la toma de decisiones y a la hora
de comunicarse con las mujeres, cambia la mano por la palabra. Además
es un modelo masculino atractivo, guapo y sensual, y que a la vez
ayuda en las tareas de casa, y se responsabiliza igual que las
mujeres.
Y vosotros, ¿Con qué
modelo masculino os quedáis?
Algunos de los autores
que tratan este tema y que os recomiendo leer son: Elena Duque, Lídia
Puigvert, Oriol Rios y Jesús Gómez.
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